Monitoreo y Seguimiento Ambiental de Humedales

El Ministerio del Medio Ambiente en un trabajo conjunto con otros Servicios públicos y especialistas, desarrolla un modelo de monitoreo para humedales en cuencas principales, lo que permitirá verificar cambios en el estado de salud de los subsistemas límnicos que integran la cuenca hidrográfica (sistemas sensibles- alerta temprana). No tenemos a la fecha un relato histórico sobre la evolución de los ambientes acuáticos y cómo las presiones han actuado sobre la cantidad, calidad y estructura morfológica de los cuerpos de agua. Un sistema integrado y complementario al actual,  permitirá dar cuenta de los cambios,  con un adecuado monitoreo y evaluación de la salud de los sistemas acuáticos (sistema de alerta temprana).  El diseño de un Programa de monitoreo y seguimiento ambiental, específico a tipos de humedales responde a la necesidad de conocer la condición ambiental y ecológica de los humedales. La existencia de un programa de monitoreo es un requisito previo para determinar si un humedal ha sufrido o no,  cambios en sus características ecológicas. Se propone el diseño para implementar un Sistema de Seguimiento Ambiental de Humedales (MMA, 2011, 2012, 2013).

La visión a largo plazo es que Chile cuente con un inventario y un sistema de monitoreo de los humedales relevantes para la planificación, manejo y conservación (uso sustentable) de los humedales de Chile, a escala nacional, regional y local. Responder a las preguntas: Dónde están?, Cuál es su condición?, Cuáles necesitan restauración?, cuáles protección?, cómo están influyendo las actividades ?. Así el concepto básico de aquellos “indicadores de alerta temprana” es que los efectos se pueden detectar siendo precursores de impactos ambientales. Los indicadores de alerta temprana como tales se pueden definir como “las respuestas biológicas, físicas o químicas a un factor de tensión determinado, que preceden a la aparición de efectos que potencialmente pueden ser significativamente desfavorables en el sistema objeto de interés”. Convención Ramsar, Resolución VII.10.

En relación a ellos,  la declaración oficial de la Convención Ramsar presenta dos definiciones claves en el entendimiento de esta estrategia recomendada, a saber:

1.  Las características ecológicas como la suma de los componentes biológicos, físicos y químicos del ecosistema del humedal y de sus interacciones, lo que en conjunto mantiene al humedal y sus productos, funciones y atributos y;

2.  El cambio en las características ecológicas es el deterioro o desequilibrio de cualquiera de los componentes biológicos, físicos o químicos del ecosistema del humedal o de las interacciones entre ellos, lo que en conjunto mantiene al humedal y sus productos, funciones y atributos.

Monitoreo/Variables de estado y Factores forzantes

Condición ambiental de Humedales

Los humedales, su biodiversidad y los servicios ecosistémicos.

En los últimos 50 años, los seres humanos han transformado los ecosistemas más rápido y extensamente que en ningún otro período de tiempo comparable de la historia humana, en gran parte, para resolver rápidamente las demandas crecientes de alimento, agua dulce, madera, fibra y combustible. Esto ha generado una pérdida considerable y en gran medida irreversible de la diversidad de la vida sobre la Tierra.

Se estima que los humedales, incluyendo lagos, ríos, marismas y extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no excede los seis metros) cubren más de 1.200 millones de hectáreas, un área 33% más grande que los Estados Unidos y 50% más grande que Brasil.

Chile cuenta con una superficie total aproximada de 1.317.704 hectáreas (2015),  estimación que puede variar dependiendo de la hidrología y que no considera aún algunos tipos de humedales como como mallines, turberas, y en general humedales boscosos del extremo sur.

Los ecosistemas de humedales, incluyendo ríos, lagos, marismas, salinas y zonas costeras, proveen muchos servicios que contribuyen al bienestar humano y a la mitigación de la pobreza (véase gráfica). Algunos conjuntos de personas, particularmente aquellos que viven en las cercanías de los humedales, son muy dependientes de estos servicios y se ven directamente afectados cuando son degradados.

La degradación y desaparición de humedales es más rápida que la experimentada por otros ecosistemas. De igual manera, el estado de las especies de humedales costeros y de agua dulce presenta un deterioro más rápido que el de aquellas presentes en otros ecosistemas.

Los humedales continentales y costeros influyen en forma significativa en la naturaleza del ciclo hidrológico y, por lo tanto, en el abastecimiento de agua para consumo y otros variados usos, tales como riego, energía y transporte. Los cambios en la hidrología afectan directamente a los humedales.

Los cambios en el uso de los suelos constituyen el principal generador directo de pérdida y degradación de humedales costeros. Otros generadores de cambio directos que afectan a los humedales costeros son el desvío de los caudales de agua dulce, la carga de nutrientes o materia orgánica, la invasión de especies exóticas vegetales o animales. El aumento de la población en zonas costeras y el creciente desarrollo de la economía han sido los principales generadores indirectos de cambio.

Si estas actividades no se desarrollan en el marco del uso sustentable, perderemos paulatinamente estos ecosistemas, los servicios ecosistémicos que aportan a la humanidad, convirtiéndonos en un país menos diverso.

 

Algunas cifras…

Chile, los recursos hídricos y el uso  productivo

  • Existen alrededor de 375 lagos a lo largo del país con tamaño muy variable. Los lagos, la nieve y los glaciares constituyen una reserva hídrica importante en Chile (Salazar, 2003).  Los lagos se ubican en su mayoría en la zona sur del país entre las regiones IX y XII representando su superficie el 1,5% del territorio nacional.
  • La agricultura se desarrolla principalmente de la región IX al norte, con un  área regada del orden de 1,1 millones de ha.  De las 75.624.760 hectáreas que forman el país, solamente el 54% corresponde a suelos productivos. El territorio con aptitud para cultivos sin limitaciones corresponde a 760 mil ha., un 1% del total (U de Chile, 2010).
  • El riego es particularmente importante para la agricultura chilena porque de él depende el 40% del área cultivada y una gran parte de los productos de alto valor de exportación (Encuesta Agrícola, 2009).
  • El riego representa el 73% de las extracciones de agua (INE, 2007).

La utilización efectiva de las aguas subterráneas fue estimada en 88m3/s en 2003, de los cuales 49% se utilizaba para la agricultura, 35% para abastecimiento poblacional y 16% para industria (Salazar, 2003).

De la RM hacia el norte, hay una presión importante sobre los recursos hídricos y las extracciones superan el caudal disponible (Ayala, 2010).

Entre 1900 y 1970, el área regada ha crecido desde 500.000 ha hasta alrededor de un millón de ha, para lo cual el estado financió cerca de 70% (Salazar, 2003). Entre 1997 y 2007, el área regada ha crecido solamente 30.000 ha (3%). Durante este mismo periodo, el área bajo riego tecnificado ha pasado del 9 al 28% del área regada (INE, 2007), lo que podría explicar, en parte, la disminución de las extracciones de agua por parte del riego entre 1999 y 2006. La Comisión Nacional de Riego (CNR) ha promovido, desde 1985, la tecnificación del riego a través de la Ley de Fomento, desde 1985 aportando subsidios de hasta un 90% para infraestructura y sistemas de riego tecnificado mediante un sistema de Concursos Públicos.

Chile posee recursos hídricos per cápita por sobre el promedio mundial, sin embargo, estos no se distribuye equitativamente a lo largo del país. El norte grande y el norte chico se encuentran por debajo de los 800 m3/persona/año, mientras que en el sur esta cifra sobrepasa los 10.000 m3/persona/año (Banco Mundial, 2011).

Los usos más frecuentes que se le dan a los recursos hídricos, corresponden a la generación de energía hidroeléctrica, uso industrial y fuerza motriz, riego de cultivos agrícolas y bebida, entre otros (Base de datos DGA, 2010).